Es aconsejable ir provisto de comida y bebida, aunque al llegar a Caín tenemos muchos lugares donde tomar algo y reponer fuerzas.
Además de ésto, yo aconsejo llevar buen calzado, ya que tenemos mucha piedra suelta, que termina por hacer que los tobillos se resientan, y por supuesto ropa suficiente, ya que no debemos olvidar que estamos en los picos de europa, y el tiempo puede dar un giro inesperado.
La ruta comienza en Poncebos, Asturias, y termina en Caín, León, y lo cieto es que las vistas que podeis apreciar por todo el recorrido son impresionantes.
A mi personalmente, el comienzo me dejó helado, ya que las distancias, el vacío y las paredes por las que trascurre la ruta, me hacían perder un poco la perspectiva.
Según dice la gente, la parte que merece la pena es la de León, al tratarse de un camino escavado en la roca, donde las paredes sudan y gotean continuamente y estas al lado del río, pero tiene un problema.
El problema es que además del acceso con el coche, aunque creo que ahora están reformando la carretera, es una zona masificada, cosa que no ocurre por la parte de Poncebos, que vas solo la mayor parte del camino y disfrutas de la profundidad de estos acantilados.
Se trata de 12km de ida, a los que hay que sumar otros tantos de vuelta. El comienzo en una subida por un terreno de piedra suelta que se hace muy incomoda.
Si preguntais en los puestos de información os dirán que nos duro, pero ojo, hay que tener algo de fondo o se puede atragantar la vuelta, ya que hay un par de repechos considerables.
Pero bueno, en el fondo merece la pena hacerlo, sobre todo si al final del día (si se madruga, para las 16:00 horas puedes haber acabado) bajais hasta la playa de Andrín a relajar las piernas en las aguas heladas del cantabrico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario