La playa en Andrín está como a 2 kilómetros del pueblo, lo que hace que todavía haya menos gente que en el resto.
Aquí teneis lo famosos "Cubos de la Memoria" de Ibarrola. Tampoco penseis que son una cosa del otro mundo, pero da un toque diferente al puerto con los colores emergiendo del agua.
Llanes es un pueblito de pescadores bastante pequeño, con un centro histórico bastante peculiar y plagado de pequeños bares en los que comer y beber llega a ser un pequeño desafío por la cantidad de gente, pero sobre todo por la cantidad de cosas que se pueden degustar en cualquiera de ellos.
En cuanto a las playas, también son calas pequeñas con mucha roca, por lo que a la hora de los baños es necesario tener algo de cuidado para no pisarlas o que el mar no te tire contra ellas.
La única pega que se les puede poner es que a lo mejor hay muchas algas, y eso que se esfuerzan para intentar limpiarlas, pero todos los días el mar trae a la orilla montones de ellas.
A mi personalmente, la playa no me gusta, pero por las tardes, bajaba todos los días a darme un paseo al atardecer.
Además, otra de las particularidades de este sitio es la cernaía entre playa y montaña, razón por la que no me encontraba mal del todo en Asturias y recomiendo conocerla.
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